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Las monjas de Cuatro: cuando el show devora el mensaje

e4d1b45091016e978e06c214c817ecd5_XLEl pasado lunes, en este mismo blog, Isabel reflexionaba sobre el nuevo programa de Cuatro “Quiero ser monja”, al que daba su bendición televisiva. Siento decir que no estoy de acuerdo al 100 % en sus planteamientos. Desde que conocí su existencia de primera mano durante el Encuentro Europeo de Jóvenes, siempre tuve un cierto reparo y mucho recelo a lo que podría salir de esta idea. He querido esperar a ver varias entregas del reality (sí, ha quedado al mismo nivel de “Gran Hermano”) para formarme una opinión más completa y no dejarme llevar por los prejuicios. Y, oh sorpresa, no han cambiado mucho aquellos pensamientos. Estas son mis razones por las que NO me gusta el programa:

  1. Elección a golpe de casting.- Muchas veces, cuando he entrevistado a un seminarista a punto de ordenarse, le he preguntado por cómo sintió la llamada de la vocación. Y nunca he obtenido la misma respuesta. Es algo tan complejo, tan íntimo, que es imposible de explicar con palabras, sino con sensaciones. Ahora bien, a nadie le he escuchado decir que entró al teologado tras una selección de una productora. El hecho de que Warner Bros España haya buscado y rebuscado (sé de lo que hablo) entre jovencitas con una cierta inquietud, digamos, religiosa, está condicionando ese proceso vocacional. Las cinco “aspirantes a monjas” (como las llaman en el programa) han sido cuidadosamente seleccionadas en base a unos criterios, que mucho me temo son más televisivos que espirituales, aunque ellos insistan en estos últimos por encima de todos. Algunas de ellas incluso proceden de agencias, como ha denunciado recientemente el presentador Alfonso Arús en su programa. ¿Estamos ante chicas con verdadera vocación, o ante chicas con verdaderas ansias de triunfar y hacerse un hueco en la pequeña pantalla? ¿Veremos más adelante a alguna de ellas en Interviú, en “Supervivientes”, en “Gran Hermano Vip”? Tiempo al tiempo. Ojalá me equivoque, que también puede ser.
  2. La vocación no es un show.- Hemos visto imágenes bastante impostadas de la entrada de las jóvenes, situaciones muy forzadas desde el punto de vista religioso. Porque, ¿alguien puede creerse que una persona que dice no ir habitualmente a Misa se pueda siquiera plantear consagrarse a la vida monástica? ¿Y qué decir de la chica que dijo haber sentido “la llamada” tras una resaca? Cualquiera que se haya acercado mínimamente a un verdadero proceso vocacional sabe que estas situaciones y comentarios banalizan algo tan íntimo como la posibilidad de plantearse una estrecha relación con Dios y la entrega a Su servicio de por vida.
  3. El formato engulle el mensaje.- Planteado fríamente, desde un punto de vista muy básico, la idea de que las comunidades religiosas “se abran” a la sociedad a través del medio de comunicación de masas por excelencia, es altamente positivo. ¡Por fin se puede conocer a la Iglesia desde dentro! Incluso se puede acabar con los prejuicios que la sociedad tiene de las religiosas o de su vida en comunidad (alguna de las “aspirantes” llegó a decir que pensaba que las monjas se alimentaban a base de comida de hospital o que se duchaban con el bikini puesto). Bien, hasta ahí, bien. Pero esto es televisión, señores. Y en un programa que aspira a tener una notable audiencia debe cuidarse hasta el más mínimo detalle. Formalmente el programa está bien hecho, muy cuidado, y revestido de una pátina de respeto; pero el principal problema está ahí, en el formato. Estamos asistiendo a un espectáculo televisivo contado en primera persona: un reality en toda regla, como los que nos vienen invadiendo desde hace 16 años. Todo, absolutamente todo, está guionizado, y no se deja nada a la improvisación. No es que les impongan a las chicas lo que tienen que decir, pero, al igual que ocurre en los realities clásicos, todo sigue un patrón televisivo maquinado y perfectamente planificado. Y lo que vende realmente es el conflicto, la confrontación de opiniones, las discusiones. El morbo, vaya. Con esto no quiero decir que las chicas se vayan a tirar de los pelos, pero si realmente el canal y la productora pretenden triunfar con el formato, necesitan darle al público lo que desea ver: o carnaza, o frikismo. Lo veremos. ¿Lo veremos?
  4. ¿En Mediaset? ¿De verdad?.- Quizá Vasile ha sufrido un verdadero proceso de conversión y no nos hemos enterado. Es extraño, cuanto menos, que Cuatro se interese por promocionar la vida religiosa. ¿Es esta su verdadera motivación? Me temo que no. En su presentación ante los medios, el director de producción de Cuatro, Mariano Blanco, aseguraba que no les movía «otra motivación que mostrar una realidad, contar una historia, reflejar una inquietud vital de varias personas que pocas veces se verá en tv». Perfecto. Pero también que genere algún beneficio a la cadena, ¿no? Entonces, si lo que pretende es crear un producto televisivo que funcione y sea rentable, ¿por qué lo reviste de espiritualidad y bondad, todo muy «blanco»? Gracias a Dios, los espectadores no somos tontos y no caemos en estas medias verdades.

Sí, yo tengo sólo cuatro razones, y no cinco. Porque la quinta la dejo para las congregaciones que aparecen en el programa. Y no es una crítica, ni mucho menos. Ellas han sido valientes, y han salido a “hacer lío”, como les ha pedido el Papa Francisco. Han seguido el mandato de salir a anunciar el Evangelio, y lo han hecho con fuerza y determinación, y supongo que con muchas oraciones de por medio. La pregunta es si esta buena intención de las hermanas no quedará empañada tras los píxeles de las pantallas.

6 comentarios sobre “Las monjas de Cuatro: cuando el show devora el mensaje

  1. Me parece que estás en lo cierto y lo expresas muy bien, Auxi. Fabrice Hadjadj en uno de sus libros («La fe de los demonios») ya preconizaba -medio en serio medio en broma- que un programa así podría tener lugar. Él hablaba de una «Operación Triunfo» del canto gregoriano y de un «Gran Hermano» del sacerdocio. Bien visto. Hadjadj dice que no se trata de otra cosa que la viejísima tercera tentación del desierto («Tírate desde lo alto del pináculo del templo, los ángeles te salvarán y todos verán que eres el Hijo de Dios»). La congregación que ha decidido acoger el programa ha caído en esa tentación (como muchos de nosotros podríamos caer). La tentación del ‘milagro mediático’; llegar y convencer a todos a través de la varita mágica del márketing y los mass media. Pero amiga, como bien dices, el medio acaba devorando los buenos propósitos. La fe en cambio solo pude proponerse en un abrazo personal: de persona a persona; de corazón a corazón. Un anuncio que deja intacta la libertad del otro. No busquemos atajos ni soluciones milagrosas, pues perderemos el mensaje por el camino. Un saludo. Ignacio.

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  2. Gracias por una nueva «entrega» de Quiero ser Monja! Confieso que esta me gusta menos que la anterior jejeje.. pero, claro, cada cual tiene su opinión y debe tenerla al respecto y, aunque no coincida en la «totalidad» me parece que lo que nos «distancia» tampoco es tanto como parece.

    1. Casting: Me dijiste que sabes algo del tema y.. bueno… lo entiendo. Pero te aseguro que, desde la productora, se tomaron muchísimas molestias al respecto (yo misma tengo fotos de las chicas de casting en varios encuentros). Me han llamado 20 veces para ver qué hacer y yo misma les he ayudado, por medio de mi página y mis redes sociales a buscar chicas. Si hubiese sido tan sencillo como «tirar de agenda» con dos personas para el Casting y con un par de semanas o tres lo hubieran resuelto. Pero no, tenían que ser chicas DE VERDAD.. con sus luces y sus sombras, con «su cierto atractivo televisivo» pero DE VERDAD. Cada cual con su búsqueda y su empleo o sus estudios… unas más monas otras menos… unas más «en camino» otras menos… pero todas con INQUIETUD y todas con la certeza de que en el programa podrían: ser testimonio de que otra juventud es posible y de que Dios sigue llamando; y crecer en el sentido espiritual y personal del término.

    2. Vocación: Me hace gracia eso que se dice en muchos medios de que cómo va a plantearse la vocación religiosa alguien que no sabe «seguir» la misa. Es posible, como es posible que se plantee (yo conozco una) la vocación religiosa alguien que no sabe las partes de la Biblia, e incluso qué son los numeritos que aparecen en ella… Ahora nos vienen vocaciones o MUY MUY RELIGIOSAS, con una formación muy sólida de una familia muy religiosa o gente con una base nula o casi nula… prácticamente no existe el término medio. De las chicas del Casting te diré, a modo de ejemplo, que una es de Buscoalgomas.com (una chica en búsqueda), otra la recomendó su párroco (con quienes han contactado directamente desde la productora) y otra de un encuentro juvenil.

    Por otro lado, sí, yo me he acercado a un discernimiento vocacional propio y a bastantes ajenos. Estoy convencida de que hay un momento en el que jamás me hubiera prestado a algo así. El momento del «miedo», de la «confusión», del «rechazo» ante la vocación… ese momento lleno de dudas en las que NADIE o CASI NADIE sabe lo que te está pasando por la cabeza y SOBRETODO por el corazón. Pero, luego, hay un momento posterior.. en el que YA SABES LO QUE TE PASA, en el que eres capaz de decirlo e, incluso, te sientes bien haciéndolo. Te lo preguntan en tu grupo de «vida», de «oración», se lo cuentas a tus amigos y a los amigos de tus amigos.. porque TE HACE FELIZ QUE LA GENTE SEPA LO QUE SIENTES. Porque te das cuenta de que lo que te pasa NO ES NADA MALO, DE QUE ES BUENO y de que la gente… se sorprende y a la gente … le hace cuestionarse. Esas son algunas de nuestras chicas!!! Las que han dado el paso al frente y se lo han comentado A TODO EL QUE HA QUERIDO ESCUCHARLAS… ¿por qué no ante un programa de televisión? Son TESTIGOS de algo PRECIOSO.. DEL AMOR DE DIOS!! Y lo entregan … con una gran generosidad, por cierto (no banalicemos con ésto.. las conozco y no lo merecen).

    Las hay también en un estadio anterior.. el estadio en que se han dado cuenta de que, lo que tienen no termina de llenarles… de que el tipo de vida «normal» no es lo que les da sentido… se dan cuenta de que «buscan algo más». Oyen hablar del programa y ven una oportunidad de vivir, desde esa espiritualidad que SÍ LaS LLENA,.. y de conocer ALGO que las atrae poderosamente… que les llama la atención … Es un ¿por qué no? ¿y si…después de todo, es esto lo que me falta, lo que busco?.

    El programa las ayudará a TODAS Y CADA UNA DE ELLAS en ese sentido. Eso … LO SÉ!

    3. No veremos Frikismo ni carnaza, ya sabes que de esto… tengo información privilegiada, porque YO SÍ LO HE VISTO. Posiblemente, si unimos este dato a la poca o nula difusión que le estamos dando desde los ámbitos católicos (que sería a los que nos debería gustar que la gente vea y ver nosotros mismos un programa blanco que habla de Dios)… pudiéramos tener el descenso de la audiencia, una lástima que unos y otros prefieran que se vea la isla esta de Tele5 (contra la que nadie dice nada) a estas religiosas TAN FELICES… que te dejan con una sonrisa en la boca.

    4. Si Vasile se ha convertido o no .. no lo sé. Te aseguro que el motivo que movió a Warner a hacer el programa es que les podían vendérselo a un canal y el que movió al canal a comprarlo es que nos lo podía «vender» a nosotros… Lógico, son empresas! A alguien le asombra? Pero.. que, tanto una como otra, nos vendan basura o nos vendan algo TAN BONITO… pues… yo prefiero que me vendan esto último y que mis hijos puedan ver esto tan bonito. A ellos les mueve la posibilidad de seguir trabajando y comiendo, viven de ello! Seamos claros!! Pero de los telespectadores depende que nos sigan metiendo el Gran Hermano, la Isla esta o empiecen a darse cuenta de que somos un poco más selectos. Me da que los «selectos» no estamos por la labor de demostrarlo y los «no selectos» se lo comen todo!

    5. Las congregaciones: Valientes, como dices. Generosas, como sabes. Estupendas!! Mientras nos empeñemos en ver cada uno de los píxeles y no seamos capaces de retirarnos un poquito de la pantalla para ver la totalidad de la imagen, no seremos capaces de darnos cuenta de qué es «Quiero ser monja». Una lástima que muchos creyentes, informados de estos píxeles por los demás… no se acerquen nunca a un formato tan pero tan BONITO!!

    Gracias por todo!

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    1. Saludos. Sé que has estado muy implicada en el proceso, y entiendo tus comentarios. De alguna manera, yo también lo estuve en una fase inicial. Por eso, hablo con conocimiento de causa. En todo caso, la crítica se realiza como espectadora y creyente. No voy a ser una talibana que defienda la vocación desde una postura restrictiva, cerrada e intolerante. Pero no estoy de acuerdo en visibilizar algo que debe permanecer en la esfera privada. No sé, es como poner en la televisión el proceso de noviazgo de una pareja, los problemas conyugales, etc.
      Por mucho que se pretenda defender, una vez que pasa por el filtro televisivo, está mediatizado y guionizado. Y esto es así, nos guste o no. Cierto que se está tratando con respeto. Si lees el artículo, yo no critico el programa en sí, ni la productora. Han tocado el tema de forma sensata. Pero sí con el planteamiento. Patina desde el inicio, desde ese casting. No dudo que intervinieras de una manera excepcional como asesora, pero … tengo mis reservas sobre ese proceso.
      Y, por supuesto, lo mejor del programa es cómo muestran a las religiosas. Eso es lo único que yo salvaría. ¡Por fin un programa que no las ridiculiza!
      Pero, como bien dices en tu comentario, habrá opiniones para todo, y libertad para poder expresarlas. ¡Gracias por leernos!

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